
Sacame a pasear en tu silla de ruedas. Como si fuera un muerto, un palido. Quiero salir a rodar bajo el sol afilado de medio dia. Sobre tu silla de ruedas. Y que las piedras del camino salten y revienten como petardos una por una en el aire, y que el polvo del camino nos perfume la cara, y que la evaporacion del camino nos consuma rasguñando nuestra carne, y el camino, que el camino al final no este, sino que sea. Y por ventanas sin cristales poder atravezar a una alcoba, una celda de manicomio para dos locos que no saben si despiertan cada mañana juntos sobre algodon o cesped mojado. O talvez en un subterraneo. Y despues de arañarse se levantan, se dirigen al comedor principal de la antigua institucion donde desayunan su calida merienda habitual, para luego salir una vez mas. Y es justo en ese preciso instante, cuando me sacas a pasear de nuevo sobre tu silla de ruedas.
